22 de Junio [Vacaciones, Verano]
Me pasé los últimos tres meses de verano pensando en él, era raro en mi, pero así fue.
Mientras el disfrutaba yo pensaba y así estaba, hasta qué pasaba el tiempo, unas veces lento e otras rápido. No sabía bien, bien, qué podría hacer, mientras el tiempo se consumía en un sólo día de verano, con un sol caluroso. Todo me sabía raro sin él. Sin verle. Sin tenerle. Sin mirarle, sin sonreírle.
Lento, exceso era todo.
Era escuchar música y solo era pensar en él, ver tele, pensar en él, salir al jardín, pensar en él, recordar todo el curso, pensando en él y así hasta qué llegó el día menos esperado. ¡Septiembre! Vuelta a la rutina, un curso qué cambiaría todo, un curso más avanzado, para otros llegaban nuevos. Y así íbamos, yo lo llamó un escalón más que subimos. Unos se alegraban de verse otros no tanto, los profesores con ganas de vernos, dar clases y enseñarnos su asignatura...
En las clases los alumnos contándose lo que hicieron ese verano, cómo se lo pasaron, entre amigos, familiares.. y yo en cambio no había echo nada en esas vacaciones tan lentas. ¿Por qué? Por pensar en él.
21 de Septiembre Lunes
Después de unas semanas tenía una sensación muy rara, en ese curso. Yo cursaba cuarto de la eso. Ese sería mi último año como estudiante, y como alumna.
Recuerdo perfectamente ese día como si fuera ayer.
Picaron a la puerta, la tutora fue abrir la puerta y se encontró con Ian y Jonathan, esa fue mi gran sorpresa y la de todos. Entraron en clase sin más, preguntándose si estaban en listas, la tutora digo que no, que fueran a las demás clases a preguntar, al salir cerraron la puerta; al cabo de cinco minutos se escuchó que alguien había picado en la puerta de nuevo, se abrió y otra vez estaban allí riéndose, la tutora sorprendida de nuevo preguntó qué había pasado, que si le gustaba está clase, ellos dijieron no sé. El que decidió hablar fue Ian.
Ian: Todos los profes nos dijeron que está era nuestra clase, y es demasiado raro que no estemos ninguno de los dos en lista.
Rosa Maria: Vale, podéis quedaros, de momento. Hablaré con los demás profes y con dirección.
Esas fueron las palabras de Rosa Maria la profesora de cuarto de la eso.
Ian y Jonathan se sentaron al final de la clase, emocionados y nosotros por la gran sorpresa, yo no me hacía la idea que el chico que me gustaba, me ponía nerviosa estuviera en mi clase era una sensación rara. ¿sería eso lo que tenía desde el primer momento, al saber que iban a cursar en mi curso?
Yo no miraba hacía atrás me daba.. mal rollo por así decirlo.
Lo que sí sabía, que siempre la estaban liando.
Ese lunes por la tarde teníamos Informática. Antes de que sonara el timbre Ian me dijo chivata, porqué al Jonathan le escondieron el estuche, y yo le dije de buena fe. Ian no paraba de imitar y diciendo se qué te estás riendo por dentro.
Leire: Sí, de lo tonto que eres. Por eso me río.
Ian: De lo tonto que somos colega.
Yo estaba ya riendome, no podía aguantar más la risa con él. Menos mal que Evelyn llegó a tiempo y me saludó, se me fue de momento la risa. En verdad eran la caña los dos.
Cuando estaba esperando el bus como cada tarde, saqué mi móvil del bolsillo de mi jersey blanco, pasó Ian y le hice una foto, pero salió mal y la borre sino me fuera dado el nervio de lo nerviosa que estaba en ese momento fuera salido bien, estaba nerviosa por si me pillaba y me preguntaba.
miércoles, 8 de octubre de 2014
Holaa chicos :)
Voy a seguir con el blog de nuevo, se qué algunos pensaréis, ¿Cómo la podido dejar tanto tiempo sin escribir? Bueno ..pues la razón que se me acabo la inspiración, no sabía bien, bien como iba a seguir escribiendo.
Pero no os preocupéis he vuelto de nuevo y con ganas de seguir, aunque después de tanto tiempo y tal se me habrá olvidado narrar jeje es broma. Bueno deciros también qué seguro, segurísimo que algo cambiará (me refiero en la forma de escribir). Hace meses qué no escribo nada. Y creo qué ya es hora de empezar y terminar.
Espero qué sigáis leyéndome de nuevo.
Me despido con un beso enorme para todos ♡
Pero no os preocupéis he vuelto de nuevo y con ganas de seguir, aunque después de tanto tiempo y tal se me habrá olvidado narrar jeje es broma. Bueno deciros también qué seguro, segurísimo que algo cambiará (me refiero en la forma de escribir). Hace meses qué no escribo nada. Y creo qué ya es hora de empezar y terminar.
Espero qué sigáis leyéndome de nuevo.
Me despido con un beso enorme para todos ♡
domingo, 13 de abril de 2014
Capítulo: 6
17 de Mayo Domingo
Ya se acercaba el verano y las clases finales, con ello todo acabaría sin más.
[Ese domingo] tuve un sueño, un sueño demasiado largo. No sé cuánto estaría durmiendo y soñando tanto.
Soñé qué estaba en el instituto y a primera hora de la mañana, de ese lunes tenía mates y todos estaban en el recreo, ya que aún no había sonado el timbre de entrar. Jonathan me estuvo persiguiendo, y en un instante cogí su mochila que pesaba más qué la mía. Él se había sentado en el suelo pegado a un muro de espalda, al lado del gimnasio, fui con su mochila y me arrodillé junto a el, de repente me vi abrazada a el y acariciándole la cara, le di un beso en el moflete.
Jonathan: Ya te podrías ir, la gente se fue.
Leire: ¿Y tú?
Jonathan: Ya iré.
Leire: Después te tendría que decir una cosa.
Jonathan: Dimela ahora.
Leire: No, después.
Antes de irme le di su mochila a donde el estaba, y yo cogí mi mochila y me fui a clase de mates; cuando iba subiendo las escaleras iba mirándole y el me miraba. Ya no le pude decir qué le quería.
Era la única que iba por el pasillo del instituto, pensado en él. Cuando llegué a clase piqué en la puerta y entre, la profesora Mar me pregunto de dónde venía le dije de casa, pase y me senté. Pero todo el mundo mirándome.
Después me arrepentí mucho porque cuando le di el beso y le acaricié la cara, le tenía que haver dicho "te quiero Jonathan"..
El segundo sueño, pero en el mismo:.
En el barracon de la parada del bus de color blanco sin asiento, allí había un trozo de madera partido (como si fuesen literas), la gente estaban sentados en el suelo unos arriba y otros abajo, pase yo para darle una carta a mi amiga Layla qué se iba a comprar chuches como siempre. La llamé se giró, le dí la carta que le hice contándole las cosas qué me pasaban al igual que ella cuando me hacía una carta. Me fuí. Pase por el barracon de la parada del bus rodando la mano y unos dijeron que parará de rosar la mano (hacia ruido). Vi que llegó un bus y vi a Ian le llamé cuando se bajó del bus vino, y le conté que hacia en mi sueño y él me dijo no sé tu dirás. Le dije todas las perrerias que me hacías te las are yo.
Ian: ¿Pero tu no estabas con mi amigo Jonathan?
Leire: Si.
Ian: ¿Y por qué dices qué he salido en tu sueño, si el qué tendría que salir era el Jonathan, con el que estas saliendo?
No le dije nada, me quedé mirándole sin más, solo se me ocurría decirle qué le quería a él ( o mejor dicho a los dos). Tenía un lío en la cabeza qué no sabía a quién elegiría.
Ian: ¿Quién es esa señora?
Leire: Mi madre. ¿Quieres qué te la presente? Pues ahí la tienes. ¿No la querrías conocer? Pues aquí está. Se la quedo mirando.
Todo en un mismo sueño!
Ya se acercaba el verano y las clases finales, con ello todo acabaría sin más.
[Ese domingo] tuve un sueño, un sueño demasiado largo. No sé cuánto estaría durmiendo y soñando tanto.
Soñé qué estaba en el instituto y a primera hora de la mañana, de ese lunes tenía mates y todos estaban en el recreo, ya que aún no había sonado el timbre de entrar. Jonathan me estuvo persiguiendo, y en un instante cogí su mochila que pesaba más qué la mía. Él se había sentado en el suelo pegado a un muro de espalda, al lado del gimnasio, fui con su mochila y me arrodillé junto a el, de repente me vi abrazada a el y acariciándole la cara, le di un beso en el moflete.
Jonathan: Ya te podrías ir, la gente se fue.
Leire: ¿Y tú?
Jonathan: Ya iré.
Leire: Después te tendría que decir una cosa.
Jonathan: Dimela ahora.
Leire: No, después.
Antes de irme le di su mochila a donde el estaba, y yo cogí mi mochila y me fui a clase de mates; cuando iba subiendo las escaleras iba mirándole y el me miraba. Ya no le pude decir qué le quería.
Era la única que iba por el pasillo del instituto, pensado en él. Cuando llegué a clase piqué en la puerta y entre, la profesora Mar me pregunto de dónde venía le dije de casa, pase y me senté. Pero todo el mundo mirándome.
Después me arrepentí mucho porque cuando le di el beso y le acaricié la cara, le tenía que haver dicho "te quiero Jonathan"..
El segundo sueño, pero en el mismo:.
En el barracon de la parada del bus de color blanco sin asiento, allí había un trozo de madera partido (como si fuesen literas), la gente estaban sentados en el suelo unos arriba y otros abajo, pase yo para darle una carta a mi amiga Layla qué se iba a comprar chuches como siempre. La llamé se giró, le dí la carta que le hice contándole las cosas qué me pasaban al igual que ella cuando me hacía una carta. Me fuí. Pase por el barracon de la parada del bus rodando la mano y unos dijeron que parará de rosar la mano (hacia ruido). Vi que llegó un bus y vi a Ian le llamé cuando se bajó del bus vino, y le conté que hacia en mi sueño y él me dijo no sé tu dirás. Le dije todas las perrerias que me hacías te las are yo.
Ian: ¿Pero tu no estabas con mi amigo Jonathan?
Leire: Si.
Ian: ¿Y por qué dices qué he salido en tu sueño, si el qué tendría que salir era el Jonathan, con el que estas saliendo?
No le dije nada, me quedé mirándole sin más, solo se me ocurría decirle qué le quería a él ( o mejor dicho a los dos). Tenía un lío en la cabeza qué no sabía a quién elegiría.
Ian: ¿Quién es esa señora?
Leire: Mi madre. ¿Quieres qué te la presente? Pues ahí la tienes. ¿No la querrías conocer? Pues aquí está. Se la quedo mirando.
Todo en un mismo sueño!
martes, 18 de marzo de 2014
Capítulo: 5
27 de Abril Lunes
Jonathan, Borja, Miguel, Ivan y Ian en el recreo entre todos dijeron 'tia buena', no me lo esperaba, entre un corro de chicos lo iban a decir. De Ian si que me lo esperaba, ese estaba más salido que las tuercas de una camioneta. Cuando acabe de comer en la cafetería, me levanté de mi sitio y fui a dejar la bandeja en un carro que había con los demás cubiertos, esta vez estaba en la primera mesa. Ian estaba en la segunda mesa, aún comiendo con sus amigos.
Selene: Leire, ese te dijo guapa.
Leire: ¿Quién es ese?
Selene: Ian.
Leire: Ah. ¿Y qué me dijo?
Selene: Te dijo, guapa ven.
Leire: A sí? Pues no me enteré.
Selene: Si. Tú le fueras dicho 'hola cariño'.
Cuando salimos de la cafetería, nos fuimos hacia la valla del instituto, [quedemos de espaldas hacia las pistas], a ver y hablar con unas chicas. Selene estuvo como quince minutos hablando con las chicas.
Vinieron un grupo bien grande de chicos, todos los conocía, le escuche decirles muy bajito detrás de nosotras, que nos iban acorralar. Me giré un poco y miré de reojo y los vi en posición, como si fuesen el tablero del parchís. Cuando Selene acabó de conversar y igual que las chicas, se despidieron. Ella estuvo a punto de girarse hacia la pista, la avisé con antelación, que no lo hiciera, pero ella no sé enteraba de nada, parecía que estaba sorda.
Leire: Selene, mira quién hay detrás nuestro.
Selene: ¡¿Qué?! ¡¿Qué?!
Leire: ¡No te gires!
Selene: ¡¿Qué!? ¡¿Qué?! No te escucho! Qué dices?!
Se giró gritando hasta ellos mismos lo escuchaban, se reían.
Leire: Esto era lo que te estaba diciendo.
Por mi parte aún seguía de espaldas mirando hacia saber qué, no tenía un sitio fijo en donde mirar. Ian estaba detrás de mí, para cuando yo me girará nuestras miradas quedarían fijas nada más mirarnos, pero yo aún seguía dándole la espalda o eso creía yo. A quien tenía de verdad detrás de mí era Miguel, y a Ian a mi izquierda.
Ian: Leire, me pones. Me gustaría mucho tu ya sabes, sólo contigo.
Me descojonaba de la risa, sabía que lo qué decía no era cierto.
Miguel: No te redondas, si sabemos que te estás riendo. Te podrías quitar las manos de la cara.
Ian: Me han dicho que tienes novio.
Yo pensé como lo supo. Sería qué alguien se lo dijo.
A la vez se acercaron dos chicas Coral y Anna, a preguntarme si tenía novio. No le respondí, se veía que no era cierto.
Coral: Leire, mandale a la mierda a Ian.
Era un no parar de reirme sin control, las preguntas que hacían hoy en día estos adolescentes, era para alucinar. Parecían que iban fumados. Ian que no callaba ni debajo de una fuente volvió a hablar de nuevo, con la misma pregunta anteriormente.
Ian: Me gustaría tu ya sabes.
Leire: No contigo.
Ian: Si lo estuviese haciendo no pensaría en ti.
Dios! Ahí me pilló de pleno las últimas palabras rebotaban en mi cabeza. Los chicos que estaban allí se quedaron con una cara de empanadilla, callados sin decir ni una palabra, ni frase. Cuando Ian se le pasó todas las tonterías tuvo ganas de irse. Se fueron todos con él.
Después de tanta vuelta y vuelta por el recreo con mi amiga, me lo encontré de nuevo y uno dijo tan pancho..Mira tú novia!
Me giré y me los quedé mirando sin más.
Jonathan, Borja, Miguel, Ivan y Ian en el recreo entre todos dijeron 'tia buena', no me lo esperaba, entre un corro de chicos lo iban a decir. De Ian si que me lo esperaba, ese estaba más salido que las tuercas de una camioneta. Cuando acabe de comer en la cafetería, me levanté de mi sitio y fui a dejar la bandeja en un carro que había con los demás cubiertos, esta vez estaba en la primera mesa. Ian estaba en la segunda mesa, aún comiendo con sus amigos.
Selene: Leire, ese te dijo guapa.
Leire: ¿Quién es ese?
Selene: Ian.
Leire: Ah. ¿Y qué me dijo?
Selene: Te dijo, guapa ven.
Leire: A sí? Pues no me enteré.
Selene: Si. Tú le fueras dicho 'hola cariño'.
Cuando salimos de la cafetería, nos fuimos hacia la valla del instituto, [quedemos de espaldas hacia las pistas], a ver y hablar con unas chicas. Selene estuvo como quince minutos hablando con las chicas.
Vinieron un grupo bien grande de chicos, todos los conocía, le escuche decirles muy bajito detrás de nosotras, que nos iban acorralar. Me giré un poco y miré de reojo y los vi en posición, como si fuesen el tablero del parchís. Cuando Selene acabó de conversar y igual que las chicas, se despidieron. Ella estuvo a punto de girarse hacia la pista, la avisé con antelación, que no lo hiciera, pero ella no sé enteraba de nada, parecía que estaba sorda.
Leire: Selene, mira quién hay detrás nuestro.
Selene: ¡¿Qué?! ¡¿Qué?!
Leire: ¡No te gires!
Selene: ¡¿Qué!? ¡¿Qué?! No te escucho! Qué dices?!
Se giró gritando hasta ellos mismos lo escuchaban, se reían.
Leire: Esto era lo que te estaba diciendo.
Por mi parte aún seguía de espaldas mirando hacia saber qué, no tenía un sitio fijo en donde mirar. Ian estaba detrás de mí, para cuando yo me girará nuestras miradas quedarían fijas nada más mirarnos, pero yo aún seguía dándole la espalda o eso creía yo. A quien tenía de verdad detrás de mí era Miguel, y a Ian a mi izquierda.
Ian: Leire, me pones. Me gustaría mucho tu ya sabes, sólo contigo.
Me descojonaba de la risa, sabía que lo qué decía no era cierto.
Miguel: No te redondas, si sabemos que te estás riendo. Te podrías quitar las manos de la cara.
Ian: Me han dicho que tienes novio.
Yo pensé como lo supo. Sería qué alguien se lo dijo.
A la vez se acercaron dos chicas Coral y Anna, a preguntarme si tenía novio. No le respondí, se veía que no era cierto.
Coral: Leire, mandale a la mierda a Ian.
Era un no parar de reirme sin control, las preguntas que hacían hoy en día estos adolescentes, era para alucinar. Parecían que iban fumados. Ian que no callaba ni debajo de una fuente volvió a hablar de nuevo, con la misma pregunta anteriormente.
Ian: Me gustaría tu ya sabes.
Leire: No contigo.
Ian: Si lo estuviese haciendo no pensaría en ti.
Dios! Ahí me pilló de pleno las últimas palabras rebotaban en mi cabeza. Los chicos que estaban allí se quedaron con una cara de empanadilla, callados sin decir ni una palabra, ni frase. Cuando Ian se le pasó todas las tonterías tuvo ganas de irse. Se fueron todos con él.
Después de tanta vuelta y vuelta por el recreo con mi amiga, me lo encontré de nuevo y uno dijo tan pancho..Mira tú novia!
Me giré y me los quedé mirando sin más.
martes, 4 de marzo de 2014
Capítulo: 4
26 de Marzo Jueves
Ricky un chico de mi edad, moreno pelo corto. Le dijo a una chica llamada Eli, que estaba llorando. Todos se giraron y me miraron.
Eli: ¿Por qué llorabas?
Leire: No estaba llorando.
Ricky: Si, estabas llorando. Por lo que te dijo Eli.
Ella me pregunto si era por eso, que me dijo. Yo no tenía ni idea de que me estaba hablando, yo solo le seguía la corriente. Hasta que cai en la cuenta, se refería a Ian, ese día no vino al instituto,tendría algo mejor que hacer. Ni me percaté de su ausencia, y era verdad que se notaba que no estaba allí.
Leire: Bien poco me importa, si a venido, como no.
Eli: Si, que te importa. No ves que te mola.
Leire: No. No, es cierto.
Eli y Ricky: Si, porque te mola.
Leire: Lo que digáis. No se podía competir con ellos siempre tenían que ganar.
De lo que no tenía idea era como sabía la gente por no decir todo el instituto entero, que me molaba Ian. ¿Es que se me notaba en la mirada o que?
30 de Marzo Lunes
En la cafetería me encontré a Ian. Vino y me saludó, yo también le saludé.
Ian: ¿Quisieras qué fuéramos a mi cama?
Leire: No. Mi cara era un poema sin letras.
Ian: ¿Quisieras qué fuéramos amigos íntimos?
Leire: No. No podía alucinar, más con este chico porque no se podía.
Un amigo que estaba con Ian, y él se estuvieron riendo, más bien se partían la caja, yo me uní a ellos, para que no pensasen que era una sosa.
Se fue y al rato vino y volvió a saludarme con un 'hola' mientras que yo le dije un 'adiós'. Me miraba de una forma como si quisiese algo, yo le mire, esperando que dijiese algo. Hasta que hablé yo.
Leire: Hola.
Ian: ¿Sabías que me pones..?
Aguantandome la risa como pude, hasta que dijo [yo te quiero mucho] , le dije que tenía novio (en parte no tenía). Se quedó sin palabras alguna, alucinado quedó, de mi respuesta.
Ian: Deja a tu novio y vente conmigo, por qué yo te quiero.
Leire: Si, si. Entre mi dije, para mis adentros este alucinaba, corriendo y volando iba a ir yo.
Lo que le pasaba es que le gustaba quedarse con las personas, y como no, yo era una de esas personas. Pero le tenía camelao.
De nuevo se fue directo hacia mi, como un abejorro en picado en busca de su presa.
Ian: Hola. Tia buena.
Leire: Tio bueno tú.
Ricky un chico de mi edad, moreno pelo corto. Le dijo a una chica llamada Eli, que estaba llorando. Todos se giraron y me miraron.
Eli: ¿Por qué llorabas?
Leire: No estaba llorando.
Ricky: Si, estabas llorando. Por lo que te dijo Eli.
Ella me pregunto si era por eso, que me dijo. Yo no tenía ni idea de que me estaba hablando, yo solo le seguía la corriente. Hasta que cai en la cuenta, se refería a Ian, ese día no vino al instituto,tendría algo mejor que hacer. Ni me percaté de su ausencia, y era verdad que se notaba que no estaba allí.
Leire: Bien poco me importa, si a venido, como no.
Eli: Si, que te importa. No ves que te mola.
Leire: No. No, es cierto.
Eli y Ricky: Si, porque te mola.
Leire: Lo que digáis. No se podía competir con ellos siempre tenían que ganar.
De lo que no tenía idea era como sabía la gente por no decir todo el instituto entero, que me molaba Ian. ¿Es que se me notaba en la mirada o que?
30 de Marzo Lunes
En la cafetería me encontré a Ian. Vino y me saludó, yo también le saludé.
Ian: ¿Quisieras qué fuéramos a mi cama?
Leire: No. Mi cara era un poema sin letras.
Ian: ¿Quisieras qué fuéramos amigos íntimos?
Leire: No. No podía alucinar, más con este chico porque no se podía.
Un amigo que estaba con Ian, y él se estuvieron riendo, más bien se partían la caja, yo me uní a ellos, para que no pensasen que era una sosa.
Se fue y al rato vino y volvió a saludarme con un 'hola' mientras que yo le dije un 'adiós'. Me miraba de una forma como si quisiese algo, yo le mire, esperando que dijiese algo. Hasta que hablé yo.
Leire: Hola.
Ian: ¿Sabías que me pones..?
Aguantandome la risa como pude, hasta que dijo [yo te quiero mucho] , le dije que tenía novio (en parte no tenía). Se quedó sin palabras alguna, alucinado quedó, de mi respuesta.
Ian: Deja a tu novio y vente conmigo, por qué yo te quiero.
Leire: Si, si. Entre mi dije, para mis adentros este alucinaba, corriendo y volando iba a ir yo.
Lo que le pasaba es que le gustaba quedarse con las personas, y como no, yo era una de esas personas. Pero le tenía camelao.
De nuevo se fue directo hacia mi, como un abejorro en picado en busca de su presa.
Ian: Hola. Tia buena.
Leire: Tio bueno tú.
miércoles, 19 de febrero de 2014
Capítulo: 3
Jueves 5 de Marzo
A segunda hora tuvimos clase de Matemáticas. Íbamos a una clase para reforzarnos más, ya que nos costaba ir al ritmo de nuestros compañeros de clase, nuestro nivel era mediano. Eso nos pasaba en dos asignaturas más: Lengua y Literatura Catalana. Por lo demas todo bien.
Tocó el timbre, nosotros estábamos en la puerta preparados para salir disparados, como si se tratase de una cursa, a ver quien llegaba el primero en llegar a clase. Mientras estaba en el pasillo hasta llegar a mi clase que estaba al final, donde estaban las escaleras era un buen tramo. Me encontré a Ian mirando por los cristales de mi clase, esperaría a alguien. Sebastián amigo de Ian se acercó a decirle que ahí llegaba yo, se giró en mi dirección, en la que iba yo, me saludó como cada mañana, cada hora, cada instante, cada minuto, cada segundo; ahí estaba él.
Ian: Hola Leire. -sonrió.
Leire: Hola cariño.
Estube riendome, y Sebastián se unió a mis risas, por la cara que puso Ian, no se lo espero.
Abrí la puerta de clase y entre a dejar la mochila. Mientras otros salían a reunirse con los amigos y contarse lo que habían hecho durante la hora. En cambio Ian seguía a fuera en el pasillo esperando a su mejor amigo Jonathan, casualidad iba a mi clase, y suerte que no tuve a Ian sino...no pararía de mirarme.
A las dos y media esperábamos turno para comer en la cafetería, no siempre nos tocaba a nosotros, iba por cursos. Vi a Ian que entró, yo aún seguía en la cola esperando, cuando me tocó, cogí la bandeja y puse todo lo que podría necesitar, mientras con la mirada fuí mirando a donde podría ponerme, me encontré con la mirada de Ian, me dio un subidón de calor, cuando nuestras miradas se toparon de sopetón. Me saludó con la mano, yo hice lo mismo. Al acabar salimos a fuera, un sol espléndido relucia aquella tarde de Marzo. Un grupo de chicas y chicos estuvieron en la fuente mojándose como críos pequeños. En verdad apetecía, pero que te tirarán agua de la boca, eso daba asco.
Otro grupo de chicos, estuvieron persiguiendole y metiéndose con un chico gay, siempre iba con dos chicas pijas. En parte daba pena, pero otras se lo merecía. A veces me caía bien, otras me caía mal.
Miércoles 18 de Marzo
Me encontré a Ian cuando fuí a bajar las escaleras del instituto, solo faltaba la alfombra roja de los famosos. Me gustaban tanto, eran tan rectas. En ese lugar se cayó rodando la Directora, yo no lo vi, lo vio una amiga y otros tres chicos. Era la noticia del día. No fue nada grave, sólo un brazo escayolado.
Ian: Hola Leire. -Hoy si que vas guapa.
Leire: Hola. -le sonreí.
Ese día llevaba unos pantalones tejanos negros, con tirantes que caían, como si fuese un peto. Una camiseta blanca y negra con cremallera, y capucha transparente. Bambas negras.
En el recreo estube con mi mejor amiga Selene y con dos chicas más. Ian con sus amigos, iba con tantos que apenas me fijé. Estuvieron al lado de las pistas y de una fuente. Toda la hora del recreo estuvo llamándome, yo ni caso le hacía, para que solo me dijiera "hola", pasaba. Era tan casino en ese momento, ya cansada que me llamará, me giré hacia él para mirarle, lo tuve en frente de mi. De nuevo volvió a decir hola Leire.
Lo que yo supuse que diría, nunca se cansaria de decir "hola" con mi nombre.. a veces pensaba que le gustaba demasiado mi nombre, ya que me llamaba a cada instante del día, sin cansarse. Me estube riendo igual que él y todos sus amigos. Le levante el dedo corazón, no significaba que le estuviese mandando a la mierda, sino en Alemán tiene un significado, según lo que dijo una amiga. Significa te quiero. Ian como no lo sabía no pudo decir nada, él pensaba que lo estaba mandando a la mierda.
A segunda hora tuvimos clase de Matemáticas. Íbamos a una clase para reforzarnos más, ya que nos costaba ir al ritmo de nuestros compañeros de clase, nuestro nivel era mediano. Eso nos pasaba en dos asignaturas más: Lengua y Literatura Catalana. Por lo demas todo bien.
Tocó el timbre, nosotros estábamos en la puerta preparados para salir disparados, como si se tratase de una cursa, a ver quien llegaba el primero en llegar a clase. Mientras estaba en el pasillo hasta llegar a mi clase que estaba al final, donde estaban las escaleras era un buen tramo. Me encontré a Ian mirando por los cristales de mi clase, esperaría a alguien. Sebastián amigo de Ian se acercó a decirle que ahí llegaba yo, se giró en mi dirección, en la que iba yo, me saludó como cada mañana, cada hora, cada instante, cada minuto, cada segundo; ahí estaba él.
Ian: Hola Leire. -sonrió.
Leire: Hola cariño.
Estube riendome, y Sebastián se unió a mis risas, por la cara que puso Ian, no se lo espero.
Abrí la puerta de clase y entre a dejar la mochila. Mientras otros salían a reunirse con los amigos y contarse lo que habían hecho durante la hora. En cambio Ian seguía a fuera en el pasillo esperando a su mejor amigo Jonathan, casualidad iba a mi clase, y suerte que no tuve a Ian sino...no pararía de mirarme.
A las dos y media esperábamos turno para comer en la cafetería, no siempre nos tocaba a nosotros, iba por cursos. Vi a Ian que entró, yo aún seguía en la cola esperando, cuando me tocó, cogí la bandeja y puse todo lo que podría necesitar, mientras con la mirada fuí mirando a donde podría ponerme, me encontré con la mirada de Ian, me dio un subidón de calor, cuando nuestras miradas se toparon de sopetón. Me saludó con la mano, yo hice lo mismo. Al acabar salimos a fuera, un sol espléndido relucia aquella tarde de Marzo. Un grupo de chicas y chicos estuvieron en la fuente mojándose como críos pequeños. En verdad apetecía, pero que te tirarán agua de la boca, eso daba asco.
Otro grupo de chicos, estuvieron persiguiendole y metiéndose con un chico gay, siempre iba con dos chicas pijas. En parte daba pena, pero otras se lo merecía. A veces me caía bien, otras me caía mal.
Miércoles 18 de Marzo
Me encontré a Ian cuando fuí a bajar las escaleras del instituto, solo faltaba la alfombra roja de los famosos. Me gustaban tanto, eran tan rectas. En ese lugar se cayó rodando la Directora, yo no lo vi, lo vio una amiga y otros tres chicos. Era la noticia del día. No fue nada grave, sólo un brazo escayolado.
Ian: Hola Leire. -Hoy si que vas guapa.
Leire: Hola. -le sonreí.
Ese día llevaba unos pantalones tejanos negros, con tirantes que caían, como si fuese un peto. Una camiseta blanca y negra con cremallera, y capucha transparente. Bambas negras.
En el recreo estube con mi mejor amiga Selene y con dos chicas más. Ian con sus amigos, iba con tantos que apenas me fijé. Estuvieron al lado de las pistas y de una fuente. Toda la hora del recreo estuvo llamándome, yo ni caso le hacía, para que solo me dijiera "hola", pasaba. Era tan casino en ese momento, ya cansada que me llamará, me giré hacia él para mirarle, lo tuve en frente de mi. De nuevo volvió a decir hola Leire.
Lo que yo supuse que diría, nunca se cansaria de decir "hola" con mi nombre.. a veces pensaba que le gustaba demasiado mi nombre, ya que me llamaba a cada instante del día, sin cansarse. Me estube riendo igual que él y todos sus amigos. Le levante el dedo corazón, no significaba que le estuviese mandando a la mierda, sino en Alemán tiene un significado, según lo que dijo una amiga. Significa te quiero. Ian como no lo sabía no pudo decir nada, él pensaba que lo estaba mandando a la mierda.
lunes, 17 de febrero de 2014
Capítulo: 2
Jueves 26 de Febrero
En la cola de la cafetería del instituto, estaban empujando para ser ellos los primeros en entrar, nunca tenían espera para que llegará su turno.
Una chica de pelo moreno rizado, estaba delante de mí, y le dijo a Ian que estaban empujando a su novia. Ian ni corto ni perezoso les dijo a todos que dejarán a su novia en paz que no la empujarán. En cambio Marc un chico que se creía el rey, por chulo que era y acompañado era un niño santo, lo que se tenía que ver. Alucino con lo que dijo Ian, nunca se espero aquellas palabras de él, bien merecido lo tuvo. Ian me defendía, aunque a veces por no decir siempre quería hacerse la gracia, pasando las culpas a otros como si él ni fuera roto un plato en su vida, aunque con solo verme sonreír, haría lo que fuera.
Dos chicas que estaban en la cola aún delante de mí, una de ellas iba a mi clase, me dijeron que Ian siempre le estaba escribiendo notas en clase, preguntándole si Leire había venido. Yo en parte no me lo creía, como siempre estaban de broma, era difícil de creer y más viniendo de ellas dos.
Viernes 27 de Febrero
Después del recreo teníamos Estadística, una asignatura bastante difícil, para mi gusto, me perdía entre número y número. Y como no, el profesor explicaba deprisa, y entre algunas semanas nos ponía películas con enigmas, y nosotros la teníamos que resolver, algunas que otras eran fáciles otras no tanto.
Ian vino a saludar, entró en clase dijo guapa Leire te quiero. Yo como de costumbre no dije nada, todos mirando era lo único que sabían hacer. Pero a veces me reía, por lo que decía él, le gustaba verme a sí de sonriente, siempre me buscaba, como si nada le importará. Volvió entrar en clase está vez dijo.
Ian: Leire guapa, ayer por la noche que hicistes?
Leire: Acaso te importa, lo que hice?
Ian: Si. Me importa por qué ayer por la noche te estube espiando, a ver lo que hacías.
Me reí. Alucinaba con este chico, cuando dijo eso estaba su amigo Jonathan y otro chico en clase, que se colaron a verme. Cuando se fue dijo adiós guapa, yo solo le dije adiós, él se reía, no se que le veía la gracia.
A la hora del recreo él estaba con un amigo lo vi, me miró le miré y me saludó de nuevo, yo hice lo mismo.
Ese día a la noche tuve un sueño con Ian, yo estube en el banco del instituto, sentada con tres amigas más, hablando, hasta que apareció él se acercó a mi con una sonrisita, me dijo que fuera con él, yo aún sin levantarme, solo le miraba se veía tan misterioso, tan..hasta que decidí levantarme y acercarme a él a ver lo que escondía en la mano, él solo sonreía sin más, yo no entendía nada. Con la otra mano me puso el brazo alrededor de mi cintura, pero a mi me fuera gustado que esa mano fuera estado más abajo sólo un poco, y así lo hizo, me leyó la mente, era bueno en eso, estaba tan colorada, que no hablaba, con una mirada lo decía todo. Toma me dijo, alzó la mano y me entregó una rosa, que desprendía un olor a rosa fresca, sacada de un jardín recién cojida, le di las gracias, no lo esperaba estaba tan contenta en ese momento, que me dijo que si le daba un beso, y yo por no darle un simple beso, le di un morreo. Cuando desperte del sueño aún no lo podía creer, creía que era cierto, pero no se desvaneció como la arena, pero no del todo, seguía cada detalle soñado por aquella noche.
Al final sería verdad que me estaba enamorando de él, sin darme cuenta. Pero no pensaba decirle, me daba vergüenza.
En la cola de la cafetería del instituto, estaban empujando para ser ellos los primeros en entrar, nunca tenían espera para que llegará su turno.
Una chica de pelo moreno rizado, estaba delante de mí, y le dijo a Ian que estaban empujando a su novia. Ian ni corto ni perezoso les dijo a todos que dejarán a su novia en paz que no la empujarán. En cambio Marc un chico que se creía el rey, por chulo que era y acompañado era un niño santo, lo que se tenía que ver. Alucino con lo que dijo Ian, nunca se espero aquellas palabras de él, bien merecido lo tuvo. Ian me defendía, aunque a veces por no decir siempre quería hacerse la gracia, pasando las culpas a otros como si él ni fuera roto un plato en su vida, aunque con solo verme sonreír, haría lo que fuera.
Dos chicas que estaban en la cola aún delante de mí, una de ellas iba a mi clase, me dijeron que Ian siempre le estaba escribiendo notas en clase, preguntándole si Leire había venido. Yo en parte no me lo creía, como siempre estaban de broma, era difícil de creer y más viniendo de ellas dos.
Viernes 27 de Febrero
Después del recreo teníamos Estadística, una asignatura bastante difícil, para mi gusto, me perdía entre número y número. Y como no, el profesor explicaba deprisa, y entre algunas semanas nos ponía películas con enigmas, y nosotros la teníamos que resolver, algunas que otras eran fáciles otras no tanto.
Ian vino a saludar, entró en clase dijo guapa Leire te quiero. Yo como de costumbre no dije nada, todos mirando era lo único que sabían hacer. Pero a veces me reía, por lo que decía él, le gustaba verme a sí de sonriente, siempre me buscaba, como si nada le importará. Volvió entrar en clase está vez dijo.
Ian: Leire guapa, ayer por la noche que hicistes?
Leire: Acaso te importa, lo que hice?
Ian: Si. Me importa por qué ayer por la noche te estube espiando, a ver lo que hacías.
Me reí. Alucinaba con este chico, cuando dijo eso estaba su amigo Jonathan y otro chico en clase, que se colaron a verme. Cuando se fue dijo adiós guapa, yo solo le dije adiós, él se reía, no se que le veía la gracia.
A la hora del recreo él estaba con un amigo lo vi, me miró le miré y me saludó de nuevo, yo hice lo mismo.
Ese día a la noche tuve un sueño con Ian, yo estube en el banco del instituto, sentada con tres amigas más, hablando, hasta que apareció él se acercó a mi con una sonrisita, me dijo que fuera con él, yo aún sin levantarme, solo le miraba se veía tan misterioso, tan..hasta que decidí levantarme y acercarme a él a ver lo que escondía en la mano, él solo sonreía sin más, yo no entendía nada. Con la otra mano me puso el brazo alrededor de mi cintura, pero a mi me fuera gustado que esa mano fuera estado más abajo sólo un poco, y así lo hizo, me leyó la mente, era bueno en eso, estaba tan colorada, que no hablaba, con una mirada lo decía todo. Toma me dijo, alzó la mano y me entregó una rosa, que desprendía un olor a rosa fresca, sacada de un jardín recién cojida, le di las gracias, no lo esperaba estaba tan contenta en ese momento, que me dijo que si le daba un beso, y yo por no darle un simple beso, le di un morreo. Cuando desperte del sueño aún no lo podía creer, creía que era cierto, pero no se desvaneció como la arena, pero no del todo, seguía cada detalle soñado por aquella noche.
Al final sería verdad que me estaba enamorando de él, sin darme cuenta. Pero no pensaba decirle, me daba vergüenza.
viernes, 7 de febrero de 2014
Capítulo: 1
Querido Diario: 24 de Febrero
Un martes a mediodía, a la hora de comer en la cafetería del instituto, nos reuníamos todos. Cuando acabemos todos o la mayoría, recogimos y nos fuimos a dar una vuelta. Había gente en grupo, unos hablaban, otros jugaban a fútbol o básquet, otros se miraban en el espejo y se peinaban; parecían chicas. Las chicas maquillandose.
En ese momento estuve con una amiga hablando y de repente vino Ian se acercó, me giré me puse nerviosa, su mirada hipnotizaba. Iba con una chaqueta gris a topos negros, de entre tiempo. Su pelo castaño claro con mechas rubias, ojos marrones como el cola cao; 15 años parecía más grande, de cuerpo musculoso.
Me dijo que si quería salir con el, yo le gustaba muchísimo. Me pidió el messenger, número de móvil y donde vivía. Me quedé alucinada, no sabía responderle a ninguna pregunta, se me fueron todas las palabras de la mente estaba en blanco. Él me miraba, esperando una respuesta que no obtuvo.
Hasta que apareció Marta con un grupo de cinco chicas, iba con Ian. Marta es una chica de 17 años, pelo rubio intenso, rizado hasta los hombros, ojos azules como el cielo.
Marta: Dijo que si quería a Ian para rollo o para salir de novios.
Leire: Le dije que no.
Ian: ¿Me darías un beso?
Leire: No.
Al lado del gimnasio, había un grupo de chicos sentados en el suelo, me miraron fijamente, yo no me di cuenta, hasta que mire hacia donde estaban ellos. No podía estar más nerviosa en ese momento, ya que mi corazón no paraba de bombear. Marta se acercó al grupo de chicos y le dijo a uno de ellos que le quería, "más bien me gustaba" pero ya no. La cara que se me puso en ese instante, quería desaparecer.
Tania: Dijo que le diera un beso a Ian.
Leire: Volví a decir que no. Tenía tanta calor, que todos se dieron cuenta de lo roja que estaba. Y para disimular estube riendome
e, y creo que fue peor. Ian me volvió a preguntar donde vivía y la calle, le dije que no lo sabía, ni me interesaba. Decírselo no se lo iba a decir, se quedó con la ganas de saber demasiado. Y como no le hacia caso, por última vez, gritó mi nombre diciendo que me quería muchísimo, todo el mundo miraba, no pase tanta vergüenza en mi vida.
Al día siguiente Miércoles 25 Febrero
Iba pegado como un chicle detrás de mí, diciendo la frase del día anterior, se veía que era lo único que sabía decir "que me quería mucho".
A la tarde en clase de Literatura éramos siete, si suena raro siete personas, pero era mejor que estar toda la clase. En clase estuvimos solos durante cinco minutos, y en esa libertad de hablar y de hacer lo que quisiesemos, un chico de pelo moreno y ojos marrones, se le ocurrió decir en clase que estaba saliendo con Ian. Se me aceleró el corazón, necesitaba salir corriendo de ahí, como se le ocurrió decir eso, creí que no se acordaria, una mala pasada me jugó. La clase era un silencio. Los dos chicos que estuvieron hablando de videojuegos, se quedaron callados y mirando, yo no daba crédito, lo que dijo ese chico. Miguel así se llama, nunca le decíamos su nombre si no por su apodo. Volvió a decir que como me iba con Ian Ruíz, ya hacía dos días que estaba "saliendo". Mi repuesta fue ninguno.
Evelyn una chica muy simpática igual que su gemela, siempre estuvo ahí para sacarnos una sonrisa, en los momentos más difíciles y aunque suene raro siempre te escuchaba, te daba consejos, era genial. Cuando se enteró Evelyn, lo que dijo ese chico llamado Miguel, fue a decírselo a la prima, de uno de los chicos del grupo del día anterior.
Un martes a mediodía, a la hora de comer en la cafetería del instituto, nos reuníamos todos. Cuando acabemos todos o la mayoría, recogimos y nos fuimos a dar una vuelta. Había gente en grupo, unos hablaban, otros jugaban a fútbol o básquet, otros se miraban en el espejo y se peinaban; parecían chicas. Las chicas maquillandose.
En ese momento estuve con una amiga hablando y de repente vino Ian se acercó, me giré me puse nerviosa, su mirada hipnotizaba. Iba con una chaqueta gris a topos negros, de entre tiempo. Su pelo castaño claro con mechas rubias, ojos marrones como el cola cao; 15 años parecía más grande, de cuerpo musculoso.
Me dijo que si quería salir con el, yo le gustaba muchísimo. Me pidió el messenger, número de móvil y donde vivía. Me quedé alucinada, no sabía responderle a ninguna pregunta, se me fueron todas las palabras de la mente estaba en blanco. Él me miraba, esperando una respuesta que no obtuvo.
Hasta que apareció Marta con un grupo de cinco chicas, iba con Ian. Marta es una chica de 17 años, pelo rubio intenso, rizado hasta los hombros, ojos azules como el cielo.
Marta: Dijo que si quería a Ian para rollo o para salir de novios.
Leire: Le dije que no.
Ian: ¿Me darías un beso?
Leire: No.
Al lado del gimnasio, había un grupo de chicos sentados en el suelo, me miraron fijamente, yo no me di cuenta, hasta que mire hacia donde estaban ellos. No podía estar más nerviosa en ese momento, ya que mi corazón no paraba de bombear. Marta se acercó al grupo de chicos y le dijo a uno de ellos que le quería, "más bien me gustaba" pero ya no. La cara que se me puso en ese instante, quería desaparecer.
Tania: Dijo que le diera un beso a Ian.
Leire: Volví a decir que no. Tenía tanta calor, que todos se dieron cuenta de lo roja que estaba. Y para disimular estube riendome
e, y creo que fue peor. Ian me volvió a preguntar donde vivía y la calle, le dije que no lo sabía, ni me interesaba. Decírselo no se lo iba a decir, se quedó con la ganas de saber demasiado. Y como no le hacia caso, por última vez, gritó mi nombre diciendo que me quería muchísimo, todo el mundo miraba, no pase tanta vergüenza en mi vida.
Al día siguiente Miércoles 25 Febrero
Iba pegado como un chicle detrás de mí, diciendo la frase del día anterior, se veía que era lo único que sabía decir "que me quería mucho".
A la tarde en clase de Literatura éramos siete, si suena raro siete personas, pero era mejor que estar toda la clase. En clase estuvimos solos durante cinco minutos, y en esa libertad de hablar y de hacer lo que quisiesemos, un chico de pelo moreno y ojos marrones, se le ocurrió decir en clase que estaba saliendo con Ian. Se me aceleró el corazón, necesitaba salir corriendo de ahí, como se le ocurrió decir eso, creí que no se acordaria, una mala pasada me jugó. La clase era un silencio. Los dos chicos que estuvieron hablando de videojuegos, se quedaron callados y mirando, yo no daba crédito, lo que dijo ese chico. Miguel así se llama, nunca le decíamos su nombre si no por su apodo. Volvió a decir que como me iba con Ian Ruíz, ya hacía dos días que estaba "saliendo". Mi repuesta fue ninguno.
Evelyn una chica muy simpática igual que su gemela, siempre estuvo ahí para sacarnos una sonrisa, en los momentos más difíciles y aunque suene raro siempre te escuchaba, te daba consejos, era genial. Cuando se enteró Evelyn, lo que dijo ese chico llamado Miguel, fue a decírselo a la prima, de uno de los chicos del grupo del día anterior.
martes, 28 de enero de 2014
Introducción
Me mudé de ciudad hacia un año, aún pueblo en las afueras de Tarragona.
Al empezar el instituto, era el tercer año que empezaba curso y clases todo en uno, odiaba ser la nueva y el centro de atención. Miradas, cuchicheos; gente riéndose. Me costaba un mundo relacionarme con la gente, por lo que dirían y pensaban. Yo no era la típica chica popular que salían en las pelis, que tienen seis amigas en un momento, no, yo no era así. Era una chica normal delgada, de 16 años; pelo largo pasado los hombros, castaño oscuro, rizado, lo que odiaba más tenerlo rizado siempre soñaba con tenerlo liso.
Con el paso del tiempo todo iba sobre la marcha, se me estaba pasando los meses como si no hubiese luna de Enero. Fuí haciendo amigos en clase era lo único que se me daba bien o por lo menos eso creía, hasta que un día conocí a una chica super maja, su nombre es Selene era más pequeña, yo le llevaba tres años por delante, pero eso no importó conocerla. Era muy tímida eso sí, cuando se le acercaba un chico a hablarle, ella se callaba y se iba corriendo a esconderse detrás de un muro como si jugará al escondite, otras veces como tantas se metía dentro de un grupo de chicas de su clase y se ponía a hablar de lo que fuese, solo lo hacía para despistar a los chicos.
Una mañana como una cualquiera me fijé en un chico de mi clase era guapo, sentí algo o según me pareció, pero no podía ser era mi amigo, mi compañero de clase. Su nombre es Jonathan, 16 años, delgado con algo de músculos en las piernas y brazos, su mayor hobbie el fútbol, pelo corto moreno tirando a castaño, ojos marrones, piel morena del sol, ya que jugaba sin camiseta.
Se me iban los ojos cuando iba así en las horas del recreo, no podía contenerme y mirar hacia otro lado del campo, donde pasaba la pelota a su compañero de equipo. Jonathan siempre llevaba esa chaqueta a cuadros negra y blanca, y esos pantalones tejanos negros que le hacía juego más sus bambas deportivas.
Había que decir que elegía, muy bien a los chicos, nunca se me daba mal.
Un buen Lunes de buena mañana teníamos clase de Historia con la profesora Rosa Maria, nos ponía hacer esquemas bien resumidos para que lo entendieramos mejor, en la pizarra, nosotros copiabamos medios dormidos, hasta que borro la pizarra y todos a la vez gritemos que no borrará, dejó un trozo sin borrar, pero ya nada servía. Cuando acabo la clase todos se levantaron a estirarse y hablar, mientras que yo gire hacia mi derecha y le vi, guardando el libro de Historia en su mochila, se me aceleró el corazón. Quería pedirle los apuntes, que borro la profesora, pero me daba vergüenza se me callo el bolígrafo azul, y el ni se inmutó. Al fin me armé de valor y le pedí los apuntes de Historia temblando y nerviosa que estuve mirándole, él sin más me paso su libreta azul oscuro, le di las gracias. Su letra no estaba mal se entendía perfectamente, en cambio la mía era rara y a la gente le gustaba, no es que escribiera mal, pero con el paso del tiempo iba mejorando aún más, y eso me gustaba.
Al devolverle la libreta, estuvimos hablando y riéndonos sin parar, esperando la siguiente clase, Ciencias Naturales. No se me daba mal, era una asignatura que se aprendía bastante dentro de un futuro.
No me gustaba que me mirarán mientras hablaba con Jonathan, aunque ya me sentía observada por los demás. Iban a pensar que me gustaba, y eso no era cierto lo negaba, no quería que se enterase medio instituto, y más si lo conocía de hace cinco meses y medio.
Coral y Anna eran unas buenas chicas de clase, aunque siempre estaban ahí en menos que te lo esperabas, a veces eran unas inoportunas estropeaban el momento que vivía, y ellas llegaban con su sonrisa y esa mirada diciendo, a ver Leire ¿que estabas mirando? ¿y dónde? Algún chico.
Al empezar el instituto, era el tercer año que empezaba curso y clases todo en uno, odiaba ser la nueva y el centro de atención. Miradas, cuchicheos; gente riéndose. Me costaba un mundo relacionarme con la gente, por lo que dirían y pensaban. Yo no era la típica chica popular que salían en las pelis, que tienen seis amigas en un momento, no, yo no era así. Era una chica normal delgada, de 16 años; pelo largo pasado los hombros, castaño oscuro, rizado, lo que odiaba más tenerlo rizado siempre soñaba con tenerlo liso.
Con el paso del tiempo todo iba sobre la marcha, se me estaba pasando los meses como si no hubiese luna de Enero. Fuí haciendo amigos en clase era lo único que se me daba bien o por lo menos eso creía, hasta que un día conocí a una chica super maja, su nombre es Selene era más pequeña, yo le llevaba tres años por delante, pero eso no importó conocerla. Era muy tímida eso sí, cuando se le acercaba un chico a hablarle, ella se callaba y se iba corriendo a esconderse detrás de un muro como si jugará al escondite, otras veces como tantas se metía dentro de un grupo de chicas de su clase y se ponía a hablar de lo que fuese, solo lo hacía para despistar a los chicos.
Una mañana como una cualquiera me fijé en un chico de mi clase era guapo, sentí algo o según me pareció, pero no podía ser era mi amigo, mi compañero de clase. Su nombre es Jonathan, 16 años, delgado con algo de músculos en las piernas y brazos, su mayor hobbie el fútbol, pelo corto moreno tirando a castaño, ojos marrones, piel morena del sol, ya que jugaba sin camiseta.
Se me iban los ojos cuando iba así en las horas del recreo, no podía contenerme y mirar hacia otro lado del campo, donde pasaba la pelota a su compañero de equipo. Jonathan siempre llevaba esa chaqueta a cuadros negra y blanca, y esos pantalones tejanos negros que le hacía juego más sus bambas deportivas.
Había que decir que elegía, muy bien a los chicos, nunca se me daba mal.
Un buen Lunes de buena mañana teníamos clase de Historia con la profesora Rosa Maria, nos ponía hacer esquemas bien resumidos para que lo entendieramos mejor, en la pizarra, nosotros copiabamos medios dormidos, hasta que borro la pizarra y todos a la vez gritemos que no borrará, dejó un trozo sin borrar, pero ya nada servía. Cuando acabo la clase todos se levantaron a estirarse y hablar, mientras que yo gire hacia mi derecha y le vi, guardando el libro de Historia en su mochila, se me aceleró el corazón. Quería pedirle los apuntes, que borro la profesora, pero me daba vergüenza se me callo el bolígrafo azul, y el ni se inmutó. Al fin me armé de valor y le pedí los apuntes de Historia temblando y nerviosa que estuve mirándole, él sin más me paso su libreta azul oscuro, le di las gracias. Su letra no estaba mal se entendía perfectamente, en cambio la mía era rara y a la gente le gustaba, no es que escribiera mal, pero con el paso del tiempo iba mejorando aún más, y eso me gustaba.
Al devolverle la libreta, estuvimos hablando y riéndonos sin parar, esperando la siguiente clase, Ciencias Naturales. No se me daba mal, era una asignatura que se aprendía bastante dentro de un futuro.
No me gustaba que me mirarán mientras hablaba con Jonathan, aunque ya me sentía observada por los demás. Iban a pensar que me gustaba, y eso no era cierto lo negaba, no quería que se enterase medio instituto, y más si lo conocía de hace cinco meses y medio.
Coral y Anna eran unas buenas chicas de clase, aunque siempre estaban ahí en menos que te lo esperabas, a veces eran unas inoportunas estropeaban el momento que vivía, y ellas llegaban con su sonrisa y esa mirada diciendo, a ver Leire ¿que estabas mirando? ¿y dónde? Algún chico.
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